Así que Pedro López de Heredia estudió Derecho, y ese consejo se convirtió casi en un leit motiv: nada de hacer "chapuzas" con el vino: un respeto al Rioja y sus esencias que convirtió a su bodega en una reserva espiritual del Rioja cuando el mundo parecía ir para otros lugares. Al final, el mundo gira, y López Heredia sigue en su lugar haciendo el mejor Rioja de toda la vida.
Hombre infatigable en el trabajo, pero de gran corazón y sentido de la justicia, consiguió en vida algo casi imposible: el respeto de todo el sector. Fue diputado de Alianza Popular del 77 al 84, vocal del Consejo Regulador y directivo del Grupo de Criadores y Exportadores, defendiendo siempre la autenticidad del vino fino de Rioja.
La Orden Civil del Mérito Agrícola, el premio a la Vida Empresarial del Club de Márketing, el Excelencia Rioja 1999... Son adornos para una gran figura que ha dejado hoy un poco huérfano al Rioja.
Fuente: www.larioja.com
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